Las proteínas
La palabra proteína
proviene del griego protop (lo primero, lo principal, lo más importante). Las
proteínas son las responsables de la formación y reparación de los tejidos,
interviniendo en el desarrollo corporal e intelectual.
Las proteínas son
biopolímeros (macromoléculas orgánicas), de elevado peso molecular,
constituidas básicamente por carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O) y
nitrógeno (N); aunque pueden contener también azufre (S) y fósforo (P) y, en
menor proporción, hierro (Fe), cobre (Cu), magnesio (Mg), yodo (Y), entre otros
elementos.
Estos elementos
químicos se agrupan para formar unidades estructurales (monómeros) llamados
aminoácidos (aa), los cuales se consideran como los "ladrillos de los
edificios moleculares proteicos . Estos edificios macromoleculares se
construyen y desmoronan con gran facilidad dentro de las células, y a ello debe
precisamente la materia viva su capacidad de crecimiento, reparación y
regulación.
La unión de un bajo
número de aminoácidos da lugar a un péptido; si el número de aa que forma la
molécula no es mayor de 10, se denomina oligopéptido; si es superior a 10, se
llama polipéptido y si el número es superior a 50 aa, se habla ya de proteína.
Se clasifican, de
forma general, en Holoproteínas y Heteroproteínas según estén formadas,
respectivamente, sólo por aminoácidos o bien por aminoácidos más otras
moléculas o elementos adicionales no aminoacídicos.
La organización de una
proteína viene definida por cuatro niveles estructurales denominados:
estructura primaria, estructura secundaria, estructura terciaria y estructura
cuaternaria. Cada una de estas estructuras informa de la disposición de la
anterior en el espacio.
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